¿ PORQUE LA INJUSTICIA?
Waris Dirie que, con 13 años de edad tuvo que huir de su hogar y atravesar sola el desierto para evitar que su padre la casara con un hombre muy mayor.
También cuenta como, con tan solo 5 años le practicaron la ablación, y en general toda su vida.
Waris es una niña que pertenece a una familia de nómadas que viven en el desierto de Somalía Su infancia transcurre en la naturaleza, cuidando de sus animales, desplazándose de un lado para otro en busca de agua, ayudando a su madre en las tareas diarias y cuidando de sus hermanos pequeños. Su vida solo consistía en sobrevivir día a día y en atenerse a las costumbres de su cultura, pero Waris pensaba que había otra vida para ella y que no era ese el destino que dios tenia preparado para ella.
A pesar de lo dura que resultaba la vida, Waris era feliz con su familia, aunque poco a poco tuvo que ver como algunos de sus hermanos huían y como otros morían.
LA ABLACIÓN
Pronto llegó el día en que le practicaron la ablación a su hermana mayor. Este rito consiste en extirpar el clítoris, los labios internos de la vulva y gran parte de los externos, luego cosen el agujero hasta dejarlo casi cerrado, asegurando así que el hombre que se case con la chica sea el primero en acostarse con ella. Si una chica no esta circuncidada se la considera indigna y ningún hombre estaría dispuesto a casarse con ella.
A los cinco años mas o menos Waris empezó a decirle a su madre que deseaba que le practicaran la ablación a ella también para convertirse en una mujer como sus hermanas, así que su madre buscó a la gitana que practicaba el rito y llego el día.
Su madre la despertó temprano y la llevo a un lugar apartado para esperar a la gitana, cuando por fin apareció, cogieron a Waris y la colocaron sobre una roca plana, la gitana cogió una bolsa de viaje que traía y sacó una vieja cuchilla con restos secos de sangre, escupió sobre ella y la limpio con su vestido. La madre de Waris le puso una raíz entre los dientes y le tapó los ojos. De pronto Waris notó como la cuchilla le cortaba la carne y se desmayó. Cuando despertó estaba sola, tumbada en la arena y vendada desde los pies hasta las caderas, alzó la vista y vio que sus genitales se encontraban sobre la roca, llena de sangre.
Cuando por fin se curaron las heridas y pudo mirarse por primera vez, descubrió un trozo de piel completamente liso, con una cicatriz en medio, como una cremallera totalmente cerrada.
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